Comentario
En esta región la etapa se ha denominado tradicionalmente período de Desarrollo Regional, con una datación entre el 500 a. C. al 500 d.C.; sin embargo, las fechas se están corrigiendo poco a poco y se establecen entre el 200 a.C. y el 700 d.C., acoplándose así a los procesos que caracterizan al Area Central Andina.
Las tradiciones culturales en la costa tienen continuación desde los antiguos desarrollos Machalílla que se expanden desde el 1.600 a.C. por el suroeste de Ecuador, mediante aldeas de agricultores y pescadores que ocupan las costas y el interior inmediato. A Machalilla le sucede Chorrera (1.500 a 500 a.C.), etapa en la que comienza la difusión de conchas Spondylus prínceps y Strombus, de las que se confeccionan objetos litúrgicos y trompetas que tendrán una gran difusión en el área andina hasta la llegada de los españoles.Son poblados neolíticos con cerámica que tienen su origen en el área del Guayas y de Manabí, distribuyéndose después por la costa de Ecuador hasta Esmeraldas.
Ecuador vive un momento de desarrollo cultural regionalizado a partir del 500 a.C., caracterizado por la formación de jefaturas, algunas de las cuales tendrán un elevado nivel de complejidad. Tales jefaturas se han identificado en evoluciones regionales como Tumaco-Tolita, que se establece en las zonas costeras del sur de Colombia y norte de Ecuador con asentamientos que tienen montículos habitacionales -tolas- de hasta 8 m de alto y manifiestan una estrecha relación con grupos de la costa del Pacífico del sur de Mesoamérica; en esta cultura alcanza un gran desarrollo la metalurgia en oro, plata, platino y cobre, trabajados por laminado y recorte. Contemporánea con ella es la cultura Tiaone, definida por poblados dedicados a la agricultura de yuca, maíz y algodón, y a la pesca, caza y recolección.
Otra evolución interesante es Jama Coaque, que manufacturó una cerámica muy elaborada en forma de compoteras con pintura negativa, vasijas y maquetas en las que se representan casas y templos con techumbre de doble vertiente y un frontispicio muy elevado. Destacan también las figurillas representando nobles locales con todos sus atributos de rango, las cuales resultan de gran valor etnográfico por la información que contienen acerca de la sociedad Jama Coaque. Los asentamientos Bahía son más amplios y con edificios de mejor construcción. En el sitio de Los Esteros hay cientos de montículos revestidos de piedra sin tallar sobre los que debieron emplazarse casas y templos de materiales perecederos. Guangala es una cultura regional que se desarrolla desde el 100 a.C. hasta el 500 d.C. entre el sur de Manabí y la península de Santa Elena, y consiste en grandes poblados dedicados a la pesca y a la agricultura.
También en la sierra ecuatoriana se producen evoluciones de carácter regional. El Negativo del Carchi tiene lugar en el sur de Colombia y el Norte de Ecuador, sobre los 3.000 m de altitud. Está definida por poblados agrícolas con estructuras de planta circular, y en ellos destacan los enterramientos profundos con cámara simple o múltiple que llegan a tener hasta 20 m de profundidad. Se trata de tumbas estratificadas en cuanto a dimensiones y ofrenda que manifiestan una sociedad de tipo jefatura. No hay arquitectura monumental. En el sur, el principal foco cultural es Cerro Narrío, que desarrolla un pujante estilo cerámico por medio de diseños pintados en rojo sobre fondo amarillo, pintura iridiscente y, al final de la etapa, pintura negativa.
También el norte de Perú se incluye en los Andes Septentrionales. Sechura, que comprende la región de Chira y Piura en la costa peruana, tiene montículos cercanos a la costa dedicados a la agricultura de maíz, aunque también se le concedió gran importancia a la recolección de moluscos. Al final de la etapa, hacia el 140 a.C., establece fuertes conexiones con Moche. En el Alto Piura se desarrolló la cultura Vicús, caracterizada por la construcción de grandes tumbas con chimenea consistentes en una o varias cámaras. Los asentamientos son grandes y tienen arquitectura monumental, como Vicús, que es un gran sido con siete terraplenes que podrían haber sustentado viviendas y estructuras. Las cerámicas participan de las tradiciones de la sierra ecuatoriana como el negativo y la pintura blanco sobre rojo, y las formas de compoteras. Tiene unas estrechas relaciones con Moche, de manera que los trabajos en cobre, oro y plata que alcanzan un alto grado de aceptación en la cultura mochica pueden proceder de Vicús.
En Colombia hay dos desarrollos que nos interesa comentar: San Agustín y Tierradentro. El área de San Agustín fue ocupada hacia el 3.300 a.C. por poblaciones arcaicas que se transformarían en alfareras y agricultoras hacia el 1.000 a.C. Sobre esta base agrícola surgieron en la región algunas jefaturas hacia el 300 a.C., que tienen su representación máxima en el centro de San Agustín. El sitio está emplazado en la región montañosa al sur de Colombia, y se caracteriza por la construcción de montículos funerarios, sarcófagos de madera y, sobre todo, una evolucionada escultura monumental en un ambiente de poblados neolíticos. Estos grandes bloques esculpidos de roca volcánica se asocian a los montículos funerarios. Tales tumbas constan de una o varias cámaras con paredes enlosadas y cubiertas de tierra, que más tarde fueron decoradas con motivos geométricos en negro, rojo, blanco y amarillo.
Los principales motivos que contiene esta escultura son ídolos semihumanos que parecen representar fuerzas naturales y protectoras de los seres enterrados. Muchos de ellos están enmascarados con rasgos de felino y llevan atributos de violencia y de muerte. También muy importantes son los denominados alter ego protectores de los personajes que los portan a sus espaldas, y otros por fin son animales como felinos, águilas, serpientes y sapos, en un estilo que se dilata desde el 800 a. C. al 600 d.C.. Tal estilo no se limita sólo a San Agustín, sino que se distribuye a otros sitios de la región, existiendo magníficos ejemplos en la Fuente de Lavapatas, que contiene una serie de piletas y canales ricamente adornados con lagartos, serpientes y figuras antropomorfas.
El otro desarrollo clásico que tiene gran importancia en Colombia es Tierradentro, que se expande entre el Cauca y el Magdalena a 120 km de San Agustín. También en este centro se han detectado tumbas subterráneas a las cuales se accede mediante una escalera que desemboca en una profunda habitación de forma circular u oval y de 3 a 7 m de diámetro, que está sostenida por inmensos pilares. Todo el conjunto está decorado por pinturas en negro, blanco, amarillo y rojo con motivos geométricos, antropomorfos y zooantropomorfos. En estas tumbas siempre se depositaron enterramientos secundarios, a veces colocados en urnas, que datan del siglo VII d.C. Desafortunadamente, es muy poco lo que conocemos de esta cultura fuera de las tumbas subterráneas, pero las evidencias parecen indicar que San Agustín y Tierradentro fueron ocupados en esta época por grupos escultores que crearon evolucionadas representaciones artísticas íntimamente asociadas a los montículos funerarios.